El proceso de fritura es muy común en la cocina. Solemos recurrir a esta técnica muy a menudo pues resulta fácil, económica y que suele gustar a casi todo el mundo. No obstante es una técnica poco recomendable no solo porque aumenta el aporte calórico de las comidas al impregnarlas de aceite, sino porque si se usa un aceite incorrecto, estaremos aumentando el riesgo de padecer cáncer. ¿Cómo va a provocar cáncer comer frituras? En el proceso de fritura, el aceite aumenta mucho su temperatura y provoca un cambio en la estructura química de las grasas que componen el aceite. Estos cambios químicos, dependiendo de la composición del aceite (es decir, del tipo de aceite), pueden producir más o menos fácilmente productos cancerígenos. Estos productos pasan al alimento frito y los ingerimos. A continuación, viajan hasta nuestras células uniéndose al material genético y haciendo daños irreversibles, provocando un envejecimie...